lunes, 4 de octubre de 2010

La India María y la realidad social y política de Latinoamérica

A pesar de que la India María hacía comedia, en una de sus películas ( El que no corre... vuela) se puede percibir muy claramente las fallas políticas y sociales que rigen en esta región del mundo y que en vez de hacer reír deberían hacer llorar.



El domingo pasado fue uno de esos muy aburridos, en los que el tiempo te cae encima y uno no sabe que hacer por su vida dado el aburrimiento crónico. Estaba cambiando y cambiando de canal hasta que llegue a canal Uno, donde trasmitían La India María en su película “El que no corre...vuela”. No se porque tengo una debilidad porque quedarme viendo interiorizado este tipo de películas que pasan por este canal o por otros, películas como de cantiflas o de comedia mexicana de finales de 70 y comienzos de ochenta.

Para no alargarles el cuento de mi aburrimiento crónico y mi anonadamiento viendo este tipo de películas voy a ir directo a lo que quiero contar. Acostado en la cama, sin nadie en casa y sin nada que hacer, me puse a analizar la película (película que por cierto me había olvidado de mencionar, no se si precisamente esta pero sí otras de la India María, vi cuando era niño). Alejándome de ese punto de vista cómico e ingenuo pude notar que “El que no corre... vuela” describe muy bien la realidad social de los indígenas en latinoamérica, aquellos que dejan su lugar natal para migrar a la ciudad en busca de un mejor bienestar económico o de cualquier otra diligencia personal(como este es el caso).

La India María llega a la ciudad y es victima de una seria de acontecimientos provocados por una ciudad que no fija a quien pisa y a quien no, solo pasa su aplanadora por donde vaya. Ella va a la ciudad porque en su pueblo unas personas le había robado sus tierras y habían matado a un hermano suyo( cosa que no tiene nada de gracioso aunque la película pretende serlo). El diputado representante de ese pueblo les había dicho que cualquier problema los busque en la Central Campesina, en la ciudad de México. Cuando por fin encuentra dicho lugar, luego de haber pasado unas cuantas desaventuras que desde un punto de vista social no tienen nada de gracioso, acontece algo que representa muy bien la situación actual de la relación políticos, ciudadanos y la burocracia. La India María llega al despacho del diputado y la secretaría le dice que necesita enviar una carta dirigida al diputado y que adjunte 15 copias y otros poco de requisitos que como en la vida real hace que la burocracia sea tan lenta. María pregunta a que hora llega el diputado pero la secretaría le dice que no va a venir. Sin embargo, justo entra una mujer diciendo que espera al diputado, la secretaría lo llama y el político le dice que ya mismo llega. Cuando el diputado llega, María intenta hablar con él pero es empujada por guardaespaldas y le tiran todas sus cosa.

Esa imagen o escena es la que representa exacto la situación moral y humana de los políticos que nos pretenden gobernar. A ellos no les importa quien eres tu y que necesita el necesitado. Ellos solo velan por sus propios intereses y si los molestas mucho te empujan. Y así como la India María fue empujada en la película, muchos indígenas que solo quieren ser atendidos son tratados como molestia, como a un animal al cual se lo azota para que camine hacia donde el que los dirige quiera.

Para colmo luego de esa escena María corre y llega a un lugar de la ciudad donde le pide ayuda a una señora quien recién fue asaltada y acusa de cómplice a María a la que encierran en la cárcel. Lo que más me sorprende de toda esta historia, todo este comienzo de la película, es que son situaciones que son factibles que pasen, sobre todo en nuestra sociedad latinoamericana. Hay películas gringas de comedia que basan el humor en situaciones muy improbables de que sucedan. Pero en cambio todas estas cosas que le pasan a la India María (por lo menos en el comienzo de la película) son sucesos que son muy probables que le acontezcan a los indígenas, a los campesinos y personas de bajos recursos que viven lejos de las ciudad, o dentro de ellas también. Es muy probable que a mucha gente le haya pasado lo mismo.

Hay algunos políticos, porque no es bueno generalizar aunque por lo que he visto a lo largo de mi vida son la gran mayoría, a los que simplemente no les importa nada de lo que quiera o aún más importante lo que sienta el pueblo. A esos simplemente les importa robar y robar de la mejor manera que puedan, sea directa o indirectamente. Y si un indígena humildemente se acerca a pedir ayuda, de algo real y necesario, es empujado y aplastado por el pie un gigante de ocho cabezas que se come todo a su paso.



Hay una escena que también me impresiono bastante, cuando la India María esta la cárcel llorando por todo lo que le había pasado y le explica a una compañera rea cual había sido su razón para venir a la ciudad. Esa escena de una india llorando, no lo sé de cierto pero supongo que se repite muy a menudo en la vida real y muy lejos de una pantalla de cine o de la realidad ficticia de una película de comedia mexicana. Cuantas indígenas no lloraran en silencio, ya sea porque están encarceladas injustamente, o porque el marido les pega o simplemente por la extrema pobreza. No se si soy yo o qué pero si uno se fija en las facciones de un/a indígena, tienen en su rostro marcas de una tristeza innata, tal vez por el pasado de conquistados que tuvieron (aunque debería decir tuvimos, eso es otro cuento), tal vez por la realidad actual precaria en la que algunos, por no decir la mayoría siguen viviendo. Pero en sus ojos y sus arrugas se esconde una tristeza acarreada por la injusticia constante que viven los indígenas desde hace ya muchos años, en su momento por la conquista y en la actualidad por la ceguera intencionada de nuestros políticos insensatos que solo velan por sus propios intereses y no por el que en verdad los necesita.